El falso optimista
te acoge con sus
optimistas proclamas
como recién salido
de un manual de autoayuda.
El falso optimista
evangeliza con sus optimistas
mensajes llenos de
"todo irá bien",
"esto es una gran oportunidad para ti",
"ahora es el momento de hacer lo que realmente quieres".
El falso optimista
te prepara un menú a
base de falsa empatía,
condescendencia
y mucha sabiduría.
Te cuenta que él ya ha
pasado por ahí,
que esto te hará más fuerte,
y como extra de postre
te regalará un
vídeo motivador.
De esos en los que no hablan
de ERTES, de vidas paradas,
de incertidumbre,
hambre y miedo.
El falso optimista
no tiene maldad.
Repite las proclamas
que le han enseñado en
vídeos de Youtube y gurús
de motivación.
El falso optimista
me da mucha ternura,
lo intenta hacer por (su) tu bien.
Así esta noche podrá
irse a dormir algo mejor
creyendo que ha logrado
captarte en su
secta de falsos optimistas.
Pensarás que tengo
un problema con el
optimismo.
No tengo ninguno,
pero, a veces, es necesario
caer,
cabrearte,
mostrarte crítico,
llorar...
y no pasa nada.
Nos han educado en un mundo
en el que cualquiera de estos
sentimientos lleva una connotación negativa,
en el que no nos permitimos sentir.
Un mundo en el que nos
enfundamos las caretas,
olvidando que, a veces,
es necesario gritar,
maldecir a quien te hace mal...
para mañana
volver a empezar.
Muy bueno Meli, me encantó.
ResponderEliminarBesos al alma y que tengas un maravilloso día.
Paula, muchas gracias. Me alegra que te guste.
EliminarUn abrazo para ti y que tengas también una buena tarde. :)
Tengo siete caretas, una para cada día de la semana y otra de repuesto por si aparece un falso optimista. Creo que llorar, maldecir y gritar hasta quedarse ronco, a veces es muy recomendable para ahuyentar a los malos espíritus y sobre todo a los gurús que nos venden manuales de autoyuda.
ResponderEliminarUn beso, Meli
Déjame una que a mi se me caen todas... :D
EliminarMuchas gracias por pasarte.
Un abrazo!
Desahogarse, es necesario. Responder al que daña, lo activa más.
ResponderEliminarAbrazos.
Totalmente de acuerdo.
EliminarUn abrazo, Sara!
Por fin!!!
ResponderEliminarEstá lleno de falsos optimistas todas las redes sociales.
No sabes cómo te agradezco este post.
Ya me siento menos solo.
Hoy, un abrazo gigante!!!
Me alegra mucho saber que no estoy sola ante la inmensidad.
EliminarOtro abrazo grande para ti, Toro! :)
Estamos montando una sociedad falsa, en la que sólo vale el triunfo personal y lo feo se esconde, no se menciona y no puedes venirte abajo, eso es para pobres.
ResponderEliminarAbrazos.
Eso es Alfred, seguimos sin entender...
EliminarUn abrazo!
La vida no la montan para que bailemos al son que nos tocan. En nosotros está seguir o que te tachen de rarita. Es la vida!! Muchas gracias por pasar y comentar en mi blog.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Muchas gracias a ti por pasarte y comentar! Un abrazo! :)
EliminarTienes toda la razón. El falso optimismo es tan dañino como el pesimismo crónico. Abundan los Joker que muestran una desbocada sonrisa y no han sido felices ni un solo día de su vida y acaban sintiéndose frustrados cuando su burbuja de felicidad irremediablemente acabe explotando y sus consecuencias naturalmente siempre serán, tristeza, fracaso y un galopante sentimiento de culpabilidad.
ResponderEliminarAbraciños para ti.
Y al final la burbuja siempre acaba explotando...
EliminarUn abrazo!! :)
Fíjate si hay optimismo que la gente pensaba que de esta íbamos a salir todos mucho mejores y que además nos iba a durar para siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, sí...mucho mejores, oiga! Cómo me río cada vez que escucho eso. :)
EliminarUn abrazo!!
yo no soy optimista pero llevo la procesión por dentro, prefiero no poner mal cuerpo a los demás.
ResponderEliminarlo que tampoco me gusta son esas frases de optimismo vacío. cuando se organiza un amigo invisible y decimos qué nos gusta y que no, para ponérselo más fácil a quien tenga que regalarnos si no nos conoce mucho, siempre digo que cualquier cosa menos libros de autoayuda de gente como paulo coelho o jorge bucay.
me quedo en tu blog. abrazos!
Muchas gracias por quedarte, Chema.
EliminarUn saludo!
adiós.
EliminarMi cupo de falsos optimistas se vino abajo hace años.
ResponderEliminarTodavía me persiguen de tanto en tanto, con su optimismo basado en el propio miedo.
Mis falsos optimistas repiten como loros a Jorge Bucay, Cohelo y Jodorowsky y siempre, siempre, huyen de los que "contaniman con su negatividad".
Te aplaudo :)
Abrazos.
Verónica, parece que tenemos el mismo tipo de falsos optimistas persiguiéndonos... ;)
EliminarUn abrazo!
Yo soy optimista... a veces.. y otras veces no. Todo depende si hay pizza o no... Ya estoy de vuelta. Un abrazo.
ResponderEliminarLa pizza siempre ayuda. :)
EliminarUn abrazo!
Pues Meli yo creo que hay que ser lo que uno tengas ganas de ser, y no callar si se quiere hablar, el optimismo puede ir en algunas circunstancias y en otras no vale la pena.
ResponderEliminarabrazos
Ser lo que uno tenga ganas de ser.:)
EliminarUn abrazo!
Un poema precioso. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito al mío si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muchas gracias, Rocío! Encantada de que te quedes y me paso también por tu casa. ;)
EliminarUn abrazo!