Como dos pájaros que salen
por primera vez de su jaula.
Temblorosos, sin decidirse a alejarse demasiado.
Dudosos, ¿qué habrá más allá de estos barrotes?
Ilusionados, quizás fuera se encuentre nuestra verdadera vida.
Valientes, su primer batir de alas,
el primer impulso,
el necesario para echar a volar,
dejar la jaula, y no volver
nunca jamás.