Indiferencia. No hacer nada y hacer todo. Hablar en silencio. Aparentar que ya te da todo igual, que no tienes ganas de luchar, que él ya no te importa y qué en realidad nunca te importó tanto. Mentiras.
Mantenerse al margen. Poner distancia, rendirse, alejarse, huir de todo, huir de él, de sus mentiras, de tus lágrimas y tus miedos. Alejarte de lo que pudo ser y no fue. Creer que quieres olvidar. Más mentiras.
Pasividad. Silencio. Callar por no saber cómo decir lo que se sientes. Callar por miedo. Callar por saber que al otro lado sólo hay eso: Hueco. Vacío. Nada. Estar sin estar. Dejar que el otro lo haga todo, que el otro se dé, se esfuerce, sonría por dos...y también lloré...por qué no.
Mentir, mentirse, hacer creer que sigues creyendo lo que escuchas. Autoconvercerte de que si ya no quiere escucharte, será mejor que no lo haga, que es él quién se lo pierde y no tú...
El problema es que no te lo crees porque nunca creíste en ti, porque nunca fuiste indiferente, pasiva...y mucho menos te mantuviste al margen de nada ni de nadie...y menos de él. Aunque él ni se lo imagine...y quizá ya ni le importe. Ya se sabe, lo más inofensivo es lo que más daño hace en la vida...
" (...) se llama al juego en que un par de ciegos, juegan a hacerse daño"