Te vi,
estabas frente a mi,
el semáforo en rojo,
tú y yo
mirándonos de lejos,
sin creerlo,
deseándolo.
Semáforo en verde,
cruzamos,
nos sonreímos,
y seguimos caminando.
Cada uno,
en su camino,
alejándonos de lo que nos
gritaba el corazón,
volviendo a hacer caso
a la razón.
La razón nos tiende trampas. Deberíamos aprender a aprovechar esos encuentros.
ResponderEliminarUn abrazo
Alís, ojala aprendiéramos...:)
EliminarEsas timideces... cuántos sentimientos han estrangulado.
ResponderEliminarDemasiados...
EliminarCuántas emociones truncadas así. Quizás en otras vidas esas almas se reconozcan.
ResponderEliminarBesitos
¿Quién sabe? Un abrazo! :)
EliminarA veces es mejor saltarse los semáforos que esperar a la luz verde. Abrazos.
ResponderEliminarCierto, ¡y qué pocas veces reconocemos cuando realmente sí que hay que hacerlo...!
EliminarHay la razón que a veces no nos deja ser !
ResponderEliminarBesos
Demasiada razón...
Eliminarabrazos! :)
¿Se puede rebobinar?...
ResponderEliminar:) Besos.
¿Te imaginas? :)
EliminarEn estos casos hay que guiarse por el corazón. Abrazos.
ResponderEliminarAsí es. :)
EliminarAbrazos!
Esas luchas que se dan tantas veces y siempre nos parece tan ilógico y sin embargo están ahí.
ResponderEliminarLe has dado tanta realidad sin perder la sensibilidad y la emoción de una escena, es una poesía exquisita.
Un gran abrazo
Supongo que son inherentes al ser humano, tan reales, como estúpidas...
Eliminar¡Muchas gracias por tus palabras! Un fuerte abrazo! :)