Hoy es domingo,
son las 18:32 de la tarde,
y fuera está lloviendo.
Abro la ventana,
la brisa despeja
mi mente
llena de malas noticias,
políticos y miedos.
La esperanza quiere entrar,
yo le miro de reojo,
sin atreverme a
dejarle pasar,
pero de pronto, alguien
abre la puerta y
entra la corriente.
De un portazo,
se cierra la puerta de los miedos,
y entra de cuajo
la esperanza.
Pues bienvenida sea, que pase y se acomode.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Laura.
EliminarUn gran abrazo!
Esperanza es la que todos en estos momentos deseamos ver.
ResponderEliminarBesitos.
Ani,ojala se quedara un poco más por aquí...
EliminarUn abrazo!
Nada es casual. La esperanza quería entrar y buscó el modo de hacerlo. Estamos rodeados de señales si queremos verlas...
ResponderEliminarBesos
Así es, pero igual que buscó un huevo para entrar, se ve que buscó otro hueco para salir...Cuestión de días (o de momentos, más bien...). Esperemos que vuelva pronto!
EliminarUn abrazo fuerte.
Aquí entró la esperanza y se suicidó.
ResponderEliminarAquí, conforme entró, se volvió a marchar...
EliminarUn abrazo!
Me encontré por acá la esperanza que se te escapó y vine a regresártela. Deseando que no se vuelva a escapar.
ResponderEliminarUn abrazo.