martes, julio 10, 2007

Sin prisas

La primera vez que la vi noté su presencia entre la multitud de aquella calle. La gente andaba con prisas, como volando por la acera. Ella, en cambio, caminaba despacio, dejando cada uno de sus pasos en el ardiente ardén. Agosto era un mes duro en la ciudad y ella parecía no tener prisa, simplemente caminaba despacio, sin prisas por llegar a ningún sitio, quizá nadie a quién esperar, nadie quién le esperase, o quizá si, quién sabe...

Caminaba tranquila con un libro entre sus manos y perdida con alguna canción. ¿Qué estaría escuchando? De pronto, como si fuera capaz de leerme la mente, aquella chica se detuvo ante mí y me miró a los ojos durante unos segundos. Yo nervioso, bajé la mirada. Tenía la impresión que si la mirara demasiado su mente desnudaría todos mis pensamientos. Volví a alzar la mirada...ella sonrío y sin más...siguió su camino, sin prisas, con calma caminando por la solitaria y ardiente ciudad.

Lo observé de lejos hasta que dobló la esquina...Aquella fue la primera y la última vez que la vi.

5 comentarios:

  1. Anónimo6:29 a. m.

    O_O ¿A qué? :)
    (¿Va más allá de un relato? Hum.)

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  2. Bueno, la intención no era ir más allá...simplemente contar una de tantas sencillas situaciones cotidianas.

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  3. Anónimo11:53 p. m.

    Muy bueno. Ole la escritora!! sigue así mel. Me encanta como escribes. Vas a ser la mejor escritora!!!

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