viernes, diciembre 22, 2006

Imaginación: corto

Navegando por los videos de youtube he encontrado este corto. Me parece, por lo menos, muy curioso, ya que te hace reflexionar sobre los rincones que la mente deja para la imaginación, las rutinas que la matan y las leyes que intentan acabar con ella. Por motivos de tamaño está en dos partes. Siempre hay dos lados de una misma cosa, siempre hay dos caras..o más de dos, sólo hay que aprender a verlas, o volar, a imaginar mientras, quién sabe lo que pensarías si "Friegas diez veces los mismos platos", ¿Nada?.


PRIMERA PARTE



SEGUNDA PARTE

martes, diciembre 19, 2006

El tren de los momentos



Un tren se acerca. Respira por sus boquetes de humo y comienza ruidosa su marcha, dibujando un camino marcado por las vías, va en una dirección, irremediablemente con un destino final. Lo más bello, su recorrido y lo que ocurre en él. El tren de los momentos. El viaje de la vida.

EL TREN DE LOS MOMENTOS representa el arte de vivir, la vida en movimiento, sus gentes y sus momentos.
En un mundo donde la gente sólo se transporta, el tren de los momentos te invita a viajar. Un recorrido con la vista, el pensamiento, con las ganas y la osadía, con el cuerpo y el corazón.

Cruzamos el paisaje de nuestra vida dividiendo el tiempo y el espacio en dos realidades divergentes.Una más estática, lineal, más cotidiana, llena de obligaciones, y otra descansa en la trepidante realidad de los momentos únicos y eternos. Momentos que a veces se adivinan y otras veces nos sorprenden.

En ocasiones y ante un vacilo nuestro pasan desapercibidos, se desangran intactos sin apenas rozar el aire, alejándose en silencio.
Sin embargo en ocasiones el momento se presenta como un relámpago vital, donde subiendo el volumen de la realidad se hace más intenso el presente, iluminando palabras como “ahora” “en este momento” “en este punto exacto”... sin ánimo de anticipar nada, simplemente el instante se convierte en pinchazo punzante, marcando para siempre la planta de los pies.

El tren de los momentos está lleno de historias, tan mágicas como reales. Cada uno y todos los que habitan sus vagones son protagonistas de cada instante individual y colectivo. Todos ellos, cargados con su equipaje comparten encuentros, despedidas, sonrisas, gritos, miradas, llantos, soledad, besos, peleitas, decepciones, vergüenza, caricias, y sueños.

Hay un momento para pararse, para perdonar, hay un momento para preguntarse, hay un momento para olvidar, y hay un momento para volver a creer. El primer beso sólo tiene un momento, ese momento concreto, así como la primera mirada, la primera despedida, o el primer amor...

El tren se detiene en la estación… suena una última llamada… A LA PRIMERA PERSONA...

Somos lo que hemos ganado y también somos lo que hemos perdido. En nuestro viaje vamos encontrando y vamos extraviando.
A LA PRIMERA PERSONA es una petición de verdad, de luz, de esperanza.
La vida puede convertirse en una sucesión de emociones excesivas, del entusiasmo más sublime, sin transición a la pobre y estéril desilusión.
Todo lo grande, también se desgasta. Los grandes momentos, las personas importantes...todo se deteriora, termina por romperse, por desvanecerse o simplemente desaparece sin más...
Las gotas frías de la vida, se presentan como una amenaza para nuestros valores mojando tímidamente a su paso momentos del pasado.

El amanecer me encuentra despierto... Ante mí, la soledad, y alrededor, el silencio. Me asaltan las dudas, el miedo me atraviesa y necesito volver a encontrar sentido a la fe, al amor. Volver a encontrar aquellos gestos ciertos, esas miradas limpias y sin complejos, las verdaderas palabras transparentes cargadas de confianza.
Y busco…. y espero.... ese momento donde arder juntos de nuevo en la hoguera de piel y sentimientos.

Pido encontrar a las personas y los lugares donde entregarme a la felicidad de vaciar mis preciadas mercancías.Donde la fe se agota en medio de tanta desilusión amorosa, uno siempre mantiene la vida de sentir.

Es tarde, pero aún queda noche hasta llegar a mi parada… El movimiento del tren mece mis pensamientos…y frente a frente converso conmigo, con mi propia Alma… el temblor me arranca una frase: SE LO DICES TÚ…

Copiado de http://www.alejandrosanz.com/

viernes, diciembre 15, 2006

Hablar


Hablar, ¿ que sucece cuando hablamos? ¿Qué importancia tiene una sonrisa para un extraño? ¿Y si saludamos a alguien al que no conocemos? ¿Sucede algo más allá? ¿Todo se lo lleva el viento? ¿Causamos algún efecto relevante en la otra persona?
Cada vez lo tengo más claro: la mejor medicina contra el mayor mal actual de la humanidad es hablar.

La gente se siente sola, necesita que alguien le escuche, necesita recibir una pequeña sonrisa, una mirada atenta, un gesto interesado, necesita señales que le sigan dando motivos...Sucede a veces, todos lo sabemos, que esta puta vida nos arrebata de golpe todos esos motivos, y si no tienes la suerte de tener gente a tu lado...¿Qué haces? Es ciertamente muy jodido. Pero, también sucede a veces, que en nuestra rutina diaria nos encontramos con personas dispuestas a escuchar, a extrañarse si un día faltamos a nuestra rutina, a sonreirnos al pasar...y de pronto, esa persona, encuentra un motivo más para seguir. Nunca sabes lo que una sonrisa, el seguir la conversación a alguien que nos habla...puede causar. El remolino de sensaciones y sentimientos que se encuentran cuando una persona confiesa todos sus males a un desconocido es tan grande...que creo que nunca seremos capaces de captar toda su esencia, nunca seremos conscientes del todo de lo que para ese extraño que un día nos habló, y al que escuchamos, significó.

Una prueba de la necesidad de hablar de la gente son los psicológos, ¿cuánta gente va al psicológo sólo por la necesidad de hablar y de ser escuchado? Seguramente serán cientos, y qué fácil sería para todos si fueramos capaces de ver más allá de los ojos de quién nos pide una pequeña sonrisa, unos pocos minutos,...¡qué distinto sería todo!

Esta claro que todos y cada uno de nosotros tenemos nuestros problemas, y que nunca tenemos ganas de escuchar los de los otros, y menos los de un extraño...eso es verdad, lo queramos o no reconocer,...pero, también estoy segura que la gente que piensa esto nunca ha experimentado la satisfacción de poder ver como una persona que hace apenas unos días no se acordaba de sonreir, a los días de haber hablado, ya sonríe y hasta un poco de ilusión se asoma en sus ojos...hasta que a la gente le suceda algo así...no entenderá nada de este post, y se estará perdiendo tantas, tantas cosas...

domingo, diciembre 10, 2006

Día Internacional de los Derechos Humanos



Hoy 10 de diciembre es el día internacional de la Declaración de los Derechos Humanos, los mismos que a día de hoy, a finales del 2006, siguen brillando por su ausencia.

La celebración de los Derechos Humanos en este día tiene su origen en el año 1950. Cinco años antes se empezó a plantear la idea de la necesidad de proteger y promocionar los derechos humanos, y ya en 1948 fue cuando se aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sin embargo, aunque ha sido uno de los mayores avances que el hombre ha sido capaz de dar, en la práctica los derechos humanos ( en minuscúla o en mayuscúla)son completamente inexistentes en algunas partes de la Tierra. Como bien describe el artículo de Eduardo Galeano, que Sandra nos deja en su blog: "La declaración proclama, la realidad traiciona. "Nadie podrá suprimir ninguno de estos derechos", asegura el artículo 30, pero hay alguien que bien podría comentar: "¿No ve que puedo?". Alguien, o sea: el sistema universal de poder, siempre acompañado por el miedo que difunde y la resignación que impone".

Hay tantas realidades que desconocemos, y tantas que deseamos desconocer.Tanta gente que se sigue preguntándo qué son los derechos humanos,...Quizá mi punto de vista sea muy negativo, pero si alguien puede demostrame con hechos reales que esto no es así, por favor, le pido que me lo haga saber. Le estaré eternamente agredecida.

miércoles, diciembre 06, 2006

Despedidas



Nunca sé despedirme de ti, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte en desesperación.

Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad en la que acabas de quedarte.

Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras que no saben pronunciar.

Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí camino a la nada.


Luís García Montero, leído en Marcapaginas


Despedirse..¿cómo despedirse?¿qué decir? Es tan díficil decir "adiós", por eso, normalmente no suelo decir adiós, no me gusta...me da miedo pensar que es un adiós de verdad. Prefiero los "hasta luego", que parecen más cercanos, no tan lejanos.

Quizá sea todo subjetividad, pero en cada despedida siempre me quedo con esa sensación, como bien dice Luis García M.: "siempre me quedo con el frío de alguna palabra que no he dicho, con un malentendido que temer".