El infierno de los periodistas

Este anuncio refleja con un tono irónico y algo ácido la profesión del periodismo, o el memos, como desde el exterior se ve a todos y cada uno de los periodistas.Antes de seguir avanzando, tendré que advertir que quién no quiera herir su ego, pensamiento y/o moral, mejor no vea el video porque las verdades cuando son cercanas duelen más y son más díficiles de reconocer ante los demás y lo que es peor, ante nosotros mismos.

El anuncio divide a los perioditas en varios tipos, según su forma de actuar ante las noticias. En la primera planta se encuentran, un gran groso de periodistas españoles: los que escriben cosas sin sentido, sin pie ni cabeza,...En el segundo piso, el groso va aumentando, los que ni siquiera se molestan en contrastar los datos, publican lo primero que les viene y punto, lo importante para ellos es acabar pronto e irse a su casita o a seguir currando en otro sitio, ¿qué más da a quién puedan perjudicar? El tercer piso se compone de los que sólo son capaces de ver lo que tienen delante de sus narices.

El cuarto piso se reduce a la mitad, aqui se encuentran los que se creen intocables y hacen con todo y con todos los que les sale de las mismísimas pelotas. El quinto piso, por desgracia es doble en nuestra país,es el de los sensacionalistas (Salsa Rosa, Aqui hay tomate, y un largo etc). El sexto piso es el de todos los periodistas, el de los veletas, que son de un lado u de otro según sople el viento y sus interes. Y ya en el último piso se encuentran los que sólo van en busca del dinero y la ética de la profesión se la dejaron en su respectivas facultades en 1º de carrera.

El anuncio, como era de esperar, dice que hay un medio, y con él, unos periodistas, que se salvan, que están fuera de este enorme edificio, repleto de basura humana, que pone precio a la gente de la que habla y escribe sin tener ni puta idea. Yo visto lo visto, quiero crear que es cierto, que hay periodistas, amantes de su profesión que no se venden por 4 duros, pero la vida también es muy puta, y la tentación muy grande. ¿Quién no caería? ¿Estás seguro? ¿Realmente existe periodista que se salve de alguna de estos calificativos?