miércoles, julio 26, 2006

Los Perdedores



Dice la sabiduría popular que el mundo se compone de dos tipos de personas: los que nacen con estrella y los estrellados. Al margen de que estemos o no de acuerdo con esta afirmación, si que hay que reconocer que hay personas que irradian una envidiable suerte en todo aquello que hacen o mejor, en todo aquello que no hacen. Personas que sin hacer nada tienen todo, personas que por muy poco que se mueven consiguen todo lo que se proponen. (Ojo cuando hablo de suerte no me refiero a las personas que se pasan años esforzándose y al final consiguen lo que se habían propuesto).

He estado pensando seriamente sobre esta cuestión y he llegado a la conclusión que cualquiera, en un momento dado puede llegar a tener “buena estrella”, pero para ser un estrellado, para ser un perdedor, para eso hay que nacer. Pertener al grupo de los perdedores es todo un arte y no puede hacerlo cualquiera. Hay una característica común en todos ellos que les une, una fuerza, un hilo de energía que les diferencia del resto.
Y como muestra un botón, fijaros en los que son del Atletic, ¿no veis algo común en todos ellos?

Los perdedores son aquellos capaces de cambiar el curso de su historia una y otra vez, son capaces de pegarse de hostias contra el suelo una y otra vez, y seguir teniendo fe en que todo saldrá bien, que algún día su esfuerzo será recompensado, son esos unidos por la ilusión de volver a empezar, de no saber nunca que pasará, si saldrá bien o mal, si esta vez será la definitiva o será una más.

Personas que aún dejando todo el sudor de su frente en cada cosa que hacen, al final todo sale al revés, personas que caen, se dan de hostias contra el suelo, y vuelven a resurgir de sus cenizas.

Para ser perdedor hace falta tener una preparación especial, que va entre la ironía y la desgracia. El perdedor sobre todo debe tener un gran sentido del humor, una gran paciencia y conservar, pase lo que pase, la ilusión y las ganas,..pase lo que pase.

Un perdedor tiene un halo especial que lo envuelve, un aura, una magia que le empuja a seguir creyendo en lo que hace, que le empuja a seguir animando a ese "atletic" que prevee que volverá a perder en el próximo partido, pero aún así mantiene la ilusión, la esperanza por continuar y seguir luchando.

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