jueves, marzo 30, 2006

La sonrisa del malabarista



Como habeis podido comprobar por mis otros post, últimamente leo mucho a Galeano, entre sus historias he encontrado esta que creo que merece la pena darla a conocer.

Nos habla de lo poco que valoramos las cosas cuando creemos que nadie nos la va a recompensar, cuando nadie nos ve nos imaginamos que no merece la pena esforzarse tanto.

Nos preguntamos ¿para qué, si nadie me va a ver? ¿ de que sirve que me esfuerce si no voy a ser halagado? Obviamente no lo decimos tan claramente, pero algo en nuestro interior lo piensa, y nos vamos dejando, vamos perdiendo fuerzas porque creemos que nadie nos va a escuchar, a mirar...

Pero como nos demuestra este cuentito, no es asi. Puede ser desde lo más pequeño, como sonreir a alguien con el que te cruzas, un "buenos días", un "¿cómo estás hoy?",..hasta una representación de teatro, un poema que escribimos,...

Todo, cualquier cosa es importante, en todo deberíamos dejarnos la piel porque no nos imaginamos cómo una simple sonrisa, una pequeña conversación puede alegrar a alguien, y si somos capaces de dar un poco de alegría a alguien, entonces...somos capaces de hacer magia. Porque la magia va más allá de los trucos de magos, es mucho más, si conseguimos hacer sonreir a alguien, aunque sólo sea unos segundos,...entonces somos magos.

Aqui os dejo el cuentito:

"Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en
la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué.
Cuando me viene el desánimo, me hace bien recordar una lección de dignidad del arte que recibí hace años, en un teatro de Asis, en Italia.
Habíamos ido con Helena a ver un espectáculo de pantomima, y no había nadie.
Ella y yo éramos los únicos espectadores. Cuando se apagó la luz, se nos sumaron el acomodador y la boletera. Y, sin embargo, los actores, más numerosos que el público, trabajaron aquella noche como si estuvieran viviendo la gloria de un estreno a sala repleta. Hicieron su tarea entregándose enteros, con todo, con alma y vida; y fue una maravilla. Nuestros aplausos retumbaron en la soledad de la sala. Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos".

Eduardo Galeano- El Libro de los Abrazos

martes, marzo 28, 2006

Tiempo de espera


Me he pasado varios días sin poder escribir, pero esta noche vuelvo a la carga...

Este finde semana ha sido uno de los mejores, he podido estar con mi chico. Para los que no me conozcan parace algo muy normal, "estar con el novio" "mira tú..", pero para mi es algo excepcional, algo que debido a la jodida distancia se convierte en algo muy especial y único.
Los días se convierten en horas, y las horas en minutos que parecen acortarse, parecen correr contracoriente, para quitarnos eso de lo más carecemos, tiempo.

El tiempo, arma de doble filo, a veces, agua bendita, otras veneno mortal...
Así que desde aqui hago un pequeño llamamiento( aunque quizá casi nadie lea esto...) para que aprovecheis al máximo, no perdáis el tiempo con discusiones y malos rollos, que sólo quitan eso, tiempo...tiempo que espero que ningún día echeis de menos..

Me pasa como decía Ismael Serrano "nunca hasta ahora me habían aterrado tanto los aeropuertos..." sólo que a mi me aterran las estaciones de autobús, y las despedidas son lo más odioso que jamás he vivido, las despedidas sólo son una garra que te arranca de cuajo el alma.

Ahora sólo queda esperar a la próxima vez, sólo queda el tiempo de espera.

viernes, marzo 17, 2006

Estrella fugaz


"Mis certezas desayunan dudas. Y hay días en que me siento extranjero en Montevideo y en cualquier otra parte.

En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada, ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido.
Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado".

"La pálida"- El libro de los abrazos-Eduardo Galeano.

Porque hay veces que parace que no formemos parte del mundo, porque a veces la galaxia se hace demasiado pequeña, y otras la ciudad, demasiado grande, y parece que no hay nada ni nadie que pueda entendernos, ni siquiera tú mismo, o quizá realmente no te quieras hacer entender...

Porque hay días en los que me gustaría ser estrella fugaz para desaparecer del infinito, para escapar de mis miedos e incertezas.Porque quizá sea demasiado cobarde para continuar sola o demasiado valiente para hacerlo y perderme en el infinito.

jueves, marzo 16, 2006



Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras, palabras.

Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me vaya la vida en alguna distracción.

-Eduardo Galeano-El Libro de los Abrazos

jueves, marzo 09, 2006

PERSONAS DE PASO



A lo largo de nuestra vida conocemos a cientos de personas, ellos como la marea, vienen y se van.
Hay personas que pasan por nuestra vida fugazmente, personas que comparten unos años de nuestra vida: el colegio, el instituto, la parroquia, un campamento, la universidad, el trabajo,…y se van con el final de esa etapa.

Otras, en cambio, que por muchas etapas que pasen siguen ahí y somos incapaces de imaginar la vida sin ellos: ese amigo, la pareja, una hermana,…
Pero, hoy no voy a hablar de las personas que creemos que se van a quedar con nosotros (ójala no me equivoque), sino de aquellas que, desde un principio, podemos intuir que va a ser una “persona de paso”, de tránsito, personas que por casualidad o destino (¿quién se arriesga a decir, con total certeza, que no hay un trozo de cada cosa en cada situación que nos pasa?) entran en nuestra vida, y la revolucionan, dejan desde el primer momento una huella difícil de olvidar, y sin saber porqué quieres saber más de ella, quieres ser ese “ser amigo” para seguir compartiendo rutinas cada día.

Son personas que puedes conocer en cualquier sitio y que nunca esperas: en un curso, en una cafetería, en un autobús, en la tienda, en el kiosco,…cualquier sitio puede estar lleno de personas de paso. En realidad todos, en algún momento, somos para alguien eso, una persona de paso.
Pero, dentro de estas personas, existen dos tipos: las que pasan por nosotros como si fueran arena a los pies de la orilla del mar, cuya marea borra, sin dejar huella, o personas que son como el más fuerte metal, que por mucho que lo pongamos al fuego, nunca va a desaparecer.

Dos desconocidos, comparten rutinas cada día, poco a poco van dejándose conocer, quitándose los miedos, compartiendo alegrías y tristezas, desganas e ilusiones, quejas y ansias,…pero, aunque los dos se muestran aprecio, aunque los dos se busquen en el sitio donde siempre se ven, saben que, más tarde o más temprano, esa persona de paso desaparecerá de su vida, y ya nunca más se volverán a ver, ya no compartirán complicidades, pero no podrán borrarse de su mente.

Sin saber muy bien porqué un perfecto desconocido entró en su vida y él/ella en la suya, le dio un poco más de sentido, un poco más de inexplicable ilusión, se escucharon atentamente, se interesaron mutuamente desde lo más sincero del interior de cada uno, sin buscar eso, que seguro, ahora mismo estarás pensado, (no todo se reduce a eso), pasan días, meses, años,……hasta desaparecer.

Puede que tú para alguien seas el primer tipo de persona de paso, que seas como la arena en la orilla del mar, y para ti esa misma persona sea como el hierro, que por más fuego que le eches no puedas borrar, o puede que sea al revés, que alguien, a quien ya no recuerdas, te recuerde todavía y nunca te olvide…es lo malo de no poder saber lo que sienten o piensan las personas que nos vamos encontrando a lo largo de nuestra vida, es lo que tiene la supuesta reciprocidad, que nunca sabes si es realmente recíproca…

Si, puede que estas personas de paso, desaparezcan de nuestro día a día, pero la huella que nos dejan, hace que siempre las recordemos, por ellas mismas y por lo extraordinario de la situación, (deseo a todos que algún día lo podías vivir) por haber podido experimentar el inicio de una ¿amistad?, desde sus inicios, sin más vínculo de unión que un lugar diario, sin colegios, ni trabajos,…sólo eso, un lugar como encuentro y despedida.

Debo reconocer que da…como decirlo,…vértigo, si da vértigo saber que la persona de la que sabes cada día, sólo es eso, una persona de paso.

lunes, marzo 06, 2006

Sorpresas



Dicen que lo importante en la vida son las pequeñas cosas, esas que vienen de imprevisto y es verdad. Este finde mi chico me ha dado una de las mayores sorpresas que en mucho tiempo nadie me daba, una alegría que parecía que no llegaba.

Entre él y un buen amigo, me prepararon la broma...una de las mejores. Yo, que aunque sospechaba algo..(tú dormir hasta las 10...jeje)..(tú saber llegar a mi casa...:P) piqué el anzuelo, un agradable y dulce anzuelo. Y gracias a mi niño, he pasado uno de los mejores findes. Por eso, niño, gracias por ese detallazo, eres un sol.

jueves, marzo 02, 2006

Falsas apariencias


Últimamente están pasando muchas cosas a mi alrededor. Es increíble cómo puede cambiar la percepción que tienes de alguien en un corto período de tiempo; personas que siempre creías que eran gente que merecían la pena, se convierten en seres insignificantes y molestos.

Dicen que el paso del tiempo, hace que veas las cosas de otra manera, y es muy cierto. El tiempo siempre pone a cada cúal en su lugar, o al menos, con el tiempo, todos nos acabamos realmente conociendo y sabemos de que pie cogea cada uno. Tan simple, como abrir bien los ojos para darte cuenta de la triste realidad.


Realmente preferiría no haberme dado cuenta, vivir en la ignorancia te hace mucho más feliz, sin duda. Porque cuando te encuentras rodeado de gente de mierda, todo tu alrededor se convierte en eso, en pura mierda.

Ojála, fuera el tipo de persona que no se cuestiona las cosas, que no piensa más alla de lo que tiene delante, que no intenta cambiar las cosas, que se conforma con lo primero que le dicen, ojála fuera pasota y me quedará inmovil ante los acontecimientos, ojála me pegaran y no sangrará, ojála viera la injusticia y la incomprensión hacia el diferente y no me afectara, ojála fuera como todas ellas. Ojála fuera como todas las que me sonríen con su peinado recien sacado de la peluquería de última moda y su labios carmín, sin más preocupaciones que pensar en qué modelito me pondré al día siguiente, ojála fuera capaz de atacar, sin razón, a otros por el hecho de pensar y actuar diferente,....

Pero, por suerte o por desgracia, no soy así, y creo que por más que lo intentará nunca llegaría a serlo, es un arte cuya perfección es imposible de alcanzar para gente de mi galaxia. Porque en estos días, creo que estoy en en otra dimensión, porque de pronto, y sin saber porqué alguien me ha abierto los ojos y he visto la triste realidad a la que cada día me tengo que enfrentar.

Quizá, nadie de los que hablo, merezca tanta atención, pero mi incomprensión hace que tenga que escribirlo, porque viendolo escrito todo adquiere una forma diferente.

No sé como acabará toda esta historia, si acabaré soltando todo lo que pienso y mandándolo a todo el mundo a la mierda o me contangiarán su indiferencia e hipocresía ante todo/os.

Y como dice un gran autor: "Las falsas apariencias son como los edificios, tarde o temprano se derrumban y se descubre el verdadero ser".